Los cinco retratos ecuestresfueron pintados por Velázquez.
El retrato ecuestre es la alegoría del buen gobernante: el buen jinete domina a su caballo brioso, igual que el gobernante rige a su pueblo, con justicia y firmeza, como simbolizan el bastón de la justicia y la banda de capitán de los ejércitos que suelen lucir.
Las composiciones son coloristas y vitalistas. Se inspiran en los fondos de la sierra del Guadarrama de Madrid, que tanto gustaba a Velázquez por la profundidad de su luz, y la viveza de su atmósfera azul y verdosa. Felipe III y Margarita de Austria debían colgarse sobre el trono, en el lado Oeste, simbolizando que el buen gobierno de Felipe IV estaba inspirado por sus padres. Mientras que los retratos de los reyes (Felipe IV e Isabel de Borbón) y el heredero debían colgarse a la entrada del salón, en el lado Este. Especial importancia tenía el retrato del heredero, que simbolizaba el futuro, igual que el sol sale por el Este.
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(Perspectiva de la maqueta del Salón de Reinos, desde la entrada) |
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